Ultimos dias de verano y aun no habíamos tocado el agua, era necesario viajar al sur hacia el conocido "mar de Suabia" el Lago de Constanza (Bodensee) el viaje es relativamente sencillo y practico, los viajes desde la estación central de Stuttgart son cada hora, con un cambio de tren en la ciudad de Singen, para luego ir directamente a la ciudad de Konstanz. En total desde Stuttgart hasta Singen son dos horas de viaje, luego de Singen a estación central de Konstanz únicamente media hora, Con un boleto Baden Wurttemberg puedes ahorrarte mucho, sobre todo si viajas en pareja o en grupo. En este caso nuestro ticket nos costo para dos personas 30 Euros. Tuvimos únicamente dos días en el lago, por lo que nos asesoramos muy bien con nuestro amigo y host de que podiamos hacer con el corto tiempo, y realmente sus consejos fueron de mucha ayuda, pasamos dos días muy intensos, cansados pero muy satisfechos de todo lo que logramos ver y conocer.
Al llegar a la estacion central en konstanz logramos ver que ya estábamos directamente sobre el agua, la estación esta a una cuadra del edificio del Concilio y del muelle con la estatua de Imperia, exactamente a la entrada del casco viejo de la ciudad. Ahí nos encontramos con nuestro guía local el cual de entrada nos dio la bienvenida, inmediatamente fuimos a dejar nuestro equipaje y empezamos nuestra aventura.
Inicialmente nuestra expectativa principal al llegar fue tomar un baño en el lago, y fue así que nuestra primera actividad fue una caminata por la orilla del lago, pasando por el puente de bicicletas hasta llegar a la playa publica de Horn, según nos explicaron, esta zona es una área privilegiada, fue donada a principios del siglo pasado con la exigencia que la entrada fuera siempre publica, por lo que en la actualidad forma parte de la vida cotidiana de sus habitantes y visitantes, la playa es simplemente hermosa, un parque alrededor de zonas boscosas, juegos para niños, canchas deportivas, un restaurante y biergarten, ambiente familiar y adicional mente una área para los amantes del desnudo en su área nudista, el lugar es fantástico y muy recomendable.
Luego de tomar un baño y un descanso nos propusieron continuar la caminata hasta llegar al muelle del ferry, pues a un lado del muelle nos comentaron que se ubica un restaurante muy popular para comer pescado, y sin lugar a duda valió la pena la caminata, ademas de continuar viendo el paisaje impresionante, finalmente al llegar al restaurante, de entrada logramos ver que el lugar estaba totalmente lleno, muy buena señal! El menú era bastante variado pero sencillo al mismo tiempo, precios desde menos de 5 Euros por un pan con pescado empanizado hasta platos completos de pescado frito con ensalada de papas, como estábamos planeando comer mas noche únicamente pedimos unos panes con pescado, pero la sorpresa fue que el pan era relativamente grande, y el pescado también! el sabor delicioso y le precio bastante bueno, ya teníamos quizás mas de un año de no probar un pescado tan delicioso y tan bien preparado, sin lugar a duda un lugar al que regresaremos la próxima vez! Luego de la comida y una cerveza bien helada regresamos, nuevamente pasamos por la playa Horn hasta llegar nuevamente al centro de la ciudad, en total fue un recorrido de 10 kilómetros durante todo el día.
El siguiente día era la visita obligada a la ciudad, nos encaminamos y preparamos para conocer la parte antigua de Konstanza, un lugar bastante turístico, con bastantes áreas verdes a sus alrededores adonde encuentras a muchos en los jardines, sus bancas o simplemente sentados en el malecón apreciando la belleza del lago, un lugar que inspira paz y tranquilidad, combinado con ese estilo sureño Alemán privilegiado, el centro es sin lugar a dudas una gran atracción, sus callejones pequeños y empedrados, mas su arquitectura antigua conservada en perfecto estado y con extrema limpieza, lo hacen un lugar bastante pintoresco, ademas que su variedad de restaurantes, cafés, en medio de tiendas con venta de artesanías, libros e incluso obras de arte. Una de las atracciones del centro histórico es la iglesia de nuestra señora, una iglesia muy detallista y con mucha historia, pues en ella se encuentran los restos de la fortaleza y cripta romana, ademas los visitantes tienen acceso a subir la torre y tener una vista de la ciudad y del lago.
Dentro de la ciudad nos recomendaron un lugar muy popular para los locales, su especialidad sopas y ensaladas, nuevamente no fue un error, el lugar estaba bastante lleno a la hora del almuerzo, señal que la buena cocina era una de sus características, ademas de un servicio amigable, otro lugar muy recomendado, mas para los que gustan de la comida liviana y saludable.
Luego del recorrido dentro del centro hasta llegar a la salida adonde aun se encuentra las puertas del antiguo muro de la ciudad, nos decidimos buscar un lugar adonde descansar, y nos recomendaron esta vez caminar hacia el otro lado, ya en tierras suizas, pues la ciudad esta dividida por la frontera entre Alemania y Suiza, y nos invitaron a conocer el parque en la lado Suizo, otro lugar mágico de este destino, jardines amplios con senderos entre pequeñas lagunas, granja con animales, un restaurante y mini golf, canchas de tenis, una torre con muy buena vista del malecon, y lo mejor, una playa hermosa que refleja la tranquilidad del estilo de vida suizo del lago. nos tiramos en la grama y dormimos una siesta inigualable.
Finalmente el día estaba por terminar y solo nos tocaba el regreso, un viaje demasiado rápido pero que valió la pena, para la próxima tenemos pendientes muchos otros lugares y actividades, como los viajes a ferry o catamaran, la visita al parque acuático, la torre bismark, isla mainau, la practica de Stand up paddle y conocer mas sobre sus alrededores, gastronomía, bares.